
En el Perú existe baja presencia de liderazgos indígenas en la política, pese a que uno de cada cuatro ciudadanos en el país se identifica como tal, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). ¿Qué efectos genera en la democracia la falta de una inclusión real de los pueblos indígenas y originarios? Los detalles en este informe.
En el Perú, la población indígena representa más del 25% del total de ciudadanos, de acuerdo con el censo del 2017 del Instituto Nacional de Estadística e Información (INEI). Los pueblos originarios se ubican principalmente en zonas andinas y amazónicas de nuestro país y comparten una cultura, lengua o la valorización del territorio como parte de su identidad.
Según el Ministerio de Cultura, actualmente existen 55 pueblos originarios en el país (51 de la Amazonía y 4 de los Andes), cuyos habitantes se comunican en alguna de las 48 lenguas reconocidas a nivel nacional, entre ellas el quechua o aimara.
Sin embargo, que un ciudadano se identifique como parte de una comunidad nativa o étnica genera que pueda ser víctima de discriminación y, en un caso extremo, decida rechazar su identidad en la sociedad. Este rechazo a su identidad conduce, entre otros puntos, a que no logren una adecuada representación en democracia y, sobre todo, en la política, explica sociólogo y docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), José Koechlin.
«Reconocerse de ese modo [como parte de la comunidad indígena] puede ser [que uno sea] una víctima de discriminación en la sociedad. Entonces, todo eso hace que una identidad étnica pudiera estar muy mal vista, muy poco valorada a diferencia de países como Ecuador o Bolivia, donde sí hay una autoidentificación indígena o de pueblos originarios. En el Perú no hemos tenido esos liderazgos por razones históricas, económicas», sostiene.
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